LOS PERROS PEREGRINOS |
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Durante el mes de agosto se ha dado un caso que raramente acontece y que ha tenido una gran repercusión en Galicia, dando una gran visibilidad a nuestra organización y consiguiente promoción de los clubes de Leones en Galicia. |
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La Asociación de Valencia de Ciegos, su Presidente Vicente Galiana, y el Asesor de Perros Guía del Distrito 116, PDG CL Miguel Ángel Fernández, organizaron un peregrinaje de 15 ciegos, con sus correspondientes perros y acompañantes, por el llamado Camino Francés. Iniciaron el peregrinaje desde Valencia, con etapas en Alicante y Cuenca, trasladándose hasta Madrid y desde allí en autobús hasta Palas de Rei. |
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| Iniciaron el peregrinaje el día 21 de agosto desde esa población, haciendo distintas etapas hasta completar el mínimo de los cien kilómetros exigidos para obtener la certificación compostelana con la correspondiente indulgencia, pasando por Melide, Arzúa, O Pino y Lavacolla para llegar el día 25 a Santiago de Compostela, a la plaza del Obradoiro. |
El grupo ha padecido las lógicas dificultades del Camino, y las satisfacciones que ese mismo Camino da. Tuvieron la suerte de que no llovió, pero sufrieron el calor del verano, sobre todo los perros, pero consiguieron vencer los inconvenientes y cumplir la promesa hecha. |
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Durante todo el camino los ciegos estuvieron acompañados por cuatro Compañeros del Club La Coruña Decano siendo deseo del Asesor de Perros Guía que se destaque la labor que realizó María, la esposa del Presidente, ayudando, animando y cuidando a los ciegos, siempre pendiente de ellos. Estuvo bien ayudada por Carmen, Manolo y Jesús, que se desvivieron por facilitar los pequeños problemas y eliminando dificultades. |
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Llegaron a Santiago a las 11:00 de la mañana, estaban esperándoles el C.L. Manuel Rial, secretario del Club de Santiago de Compostela, eficaz colaborador que facilitó todos los trámites para que la visita fuese un éxito; y compañeros Leones de los clubes locales de Santiago de Compostela, Sada, Oleiros, Pontevedra, Teresa Herrera, Torre de Hércules y el Decano de La Coruña, con sus correspondientes estandartes. |
| Una vez todos reunidos, Leones, acompañantes y ciegos con los perros, entramos en la Catedral para escuchar la Misa del Peregrino en la que tuvimos un sitio de honor en el Altar Mayor, con mención especial del Obispo en su homilía. Como siempre, y una vez más, todos nos quedamos asombrados con el “botafumeiro”, el incensario más grande del mundo, de más de 60 kg, como curiosidad diremos que la soga que lo sujeta pesa 90 kg, mide 65 metros, tiene 5 cm de diámetro y siempre sorprende la habilidad de los seis “tiraboleiros”, encargados de tirar de la soga de esparto, palabra gallega que viene del latín, “turibulum magnum”, gran incensario. Comenzaron esta costumbre en el año 1321, consiguen que alcance una velocidad de 70 k/h, y alcanzar una altura de 21.Tan solo ha habido cuatro accidentes, que se sepa. En 1499 con motivo de la visita de la Infanta Catalina de Aragón, que salió desprendido, no hubo heridos; en 1622, 1925 y 1937, siempre sin accidentados. |
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| A la llegada del grupo a la Plaza del Obradoiro, en las oficinas de los Peregrinos se les entregó a todos y a cada uno la “Compostela”, el certificado que avala haber realizado la peregrinación a Santiago de Compostela. La consiguieron los ciegos, así mismo los perros, haciendo mención a estos lazarillos en esa certificación. |
| Al término de la Misa, ciegos, perros guía, voluntarios y socios celebramos un almuerzo de confraternización en el Restaurante sede del Club de Santiago. |
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| Después del almuerzo, continuó la visita por la ciudad de Santiago y, nuevamente, los ciegos y acompañantes tuvieron el privilegio de subir al tejado de la Catedral para contemplar el panorama, único, de Santiago de Compostela, sus tejados, desde las alturas. |
| Acabada la visita y llegado el momento de las despedidas, hay que decir que hubo grandes muestras de afecto y lagrimas emotivas entre los ciegos y las voluntarias del Club de la Coruña Decano. |
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| Misa en la Catedral de Santiago. |
Recorriendo las calles compostelanas |
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